Pero ese reloj no existe... y el tiempo pasa... Entonces cerré el álbum de fotos y los ojos, al tiempo que pensaba en muchas cosas que quisiera decirles...
Les diría que se fijen metas y que intenten alcanzarlas, pero, sobre todo, que tienen la obligación de ser felices, porque solo así podrán hacer felices a los que les rodeen. Que tienen el bien más preciado que existe, que es la vida y por lo tanto tienen que aprender a vivir plenamente cada segundo que esta les brinde. Ante todo, deben saber que no es más feliz el que más cosas tiene, sino el que menos envidia a los demás.
Pido al cielo que no pierdan la capacidad de asombrarse con las estrellas en una noche clara, de escuchar el murmullo del agua del río, de oír el quejido de las hojas secas en otoño, o sentir el frescor del viento en la cara cualquier mañana. Y.... si alguna vez tienen dudas, que busquen en sus recuerdos. Allí seguro que me encuentran.
Fuente: Texto que me dieron en clase de Lengua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario